
Mágica ilusión
Guiados por una estrella
atravesaron montañas,
sin tiempo y sin dirección
llegaron hasta mi casa.
Nunca los vi ni de refilón,
pero me contaron que
me buscaban
y dejando
unos zapatos en el balcón
los descubrí una mañana.
Los camellos venían exhaustos
decían los adultos de mi casa
se tomaron toda el agua y
del pasto no quedó nada.
Los busque por toda mi habitación,
pero no encontré ninguna pista
no sé cómo harían esos tres
para viajar por el mundo
sin ser vistos.
Y así mágicamente
fue pasando mi niñez
aún hoy sigo sin verlos,
pero al llegar a mi madurez
sospecho que a dos de ellos
los vi más de una vez.
Gabriela Motta
06/01/19
Bella Unión