
Con moraleja
Prudencia
Un grupo de amigos conducían a alta velocidad por la autopista. Cuando llegaron a un semáforo miraron con cara desafiante a otro conductor como retándolo a un duelo. El otro que también era amante de la velocidad exclamó:
— No puedo muchachos voy con Prudencia!
Al escuchar esto Prudencia abrió la puerta del carro se bajó cerrándola con fuerza y le dijo:
—Listo, ahora ya no soy un problema.
Y se quedó observando, parada en el semáforo, como los autos se hacían pedazos en la siguiente esquina.
Gabriela Motta.
20/11/19
Montevideo
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