Cuentos para dormir niños de 5 años

La percha malhumorada

Ayer cuando fui a sacar del armario mi campera me encontré con una percha malhumorada.

—Por fin volviste —me dijo y empezó a hablar apurada— porque el otro día Percherón se cayó del tirón que le diste al sacar el sacón, estalló en llanto en el suelo, tú te diste la vuelta y le cerraste el ropero, para colmo de males, vino el perro y le hizo terrible agujero. Después llegó el niño, lo tiró en el tacho de basura y para estas alturas ya debe ser leña en alguna estufa. ¡Ay! pobre Percherón era mi amigo, lo quería un montón, dime ahora: ¿Quién jugará con Perchita? Y se quedó en silencio esperando una respuesta, yo que no podía salir de mi asombro lo único que pude preguntar fue:

—¿Quién es Perchita?

—La hija de Perchi, que está allí del otro lado con la túnica y el bolso marrón. Miré, efectivamente, ahí estaba quietita con todas esas cosas colgando. En ese momento el malhumor de la percha se me contagió y cerré la puerta del armario porque no quería tener líos con las perchas. Sin embargo, para decirles la verdad, sentí pena por Percherón, parece que lo querían un montón. Así que llamé a mi hijo y le pregunté por la percha que había tirado ayer, me comentó que en realidad la había llevado al galpón para reciclarla cómo leña para el fogón. ¡No! pobre Percherón —le dije— Perchita lo extraña un montón. Y salí disparada para el galpón. Cuando lo encontré le pedí perdón por toda esta situación. Lo devolví al ropero, lo colgué con mi sacón y enseguida se pusieron a jugar otra vez los dos ¿Pero saben qué fue lo mejor?  Qué la percha malhumorada nunca más me habló.

Gabriela Motta

18-05-23

Montevideo