La última copa

El trabajo, la finca, las deudas, el dinero lo habían convertido en un ser oscuro. Sin embargo, aquella mañana traía consigo la solución a todos sus problemas. Contempló el sol desde su ventana semiabierta y saludo a los primeros trabajadores con una copa de brandy de Jerez. Aquella bebida había estado presente en los momentos más exitosos de su vida y hoy, sin dudas, era uno de ellos. Los empleados lo observaron atónitos porque no era común verlo sonreír.

—Salud queridos míos —les gritó asomando la mitad de su cuerpo entre las celosías, levantando muy alto su copa mientras que en su otra mano sostenía la solución para su irremediable agonía. Inmediatamente un estallido ensordecedor hizo que su copa cayera rodando, entretanto sus empleados observaban su cuerpo colgar entre las persianas tiñendo de sangre su ideado y amargo final.

Gabriela Motta
10/01/21
Montevideo

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