Cuentos fantásticos cortos

La última cena

—La última cena no fue como te la contaron —me dijo— ni eran todos hombres, ni se compartió comida. La última cena fue una mezcla de sentimientos y amor.

Me perdí por un momento, no sabía de qué me estaba hablando ella tampoco insistió en aclarármelo.

—Estábamos todes sentades en ronda.

—¿Estábamos todes? —pregunté.

—Sí, todes —afirmó—, y de pronto él se levantó tomó algo entre sus manos que lejos estaba de ser un pan y dijo «Yo soy la luz» y ¿sabes qué? Yo era luz, no sé cómo, no lo sé, pero yo era luz que se inmiscuía por cada rincón de la habitación sin mesas, sin comida y sin protocolos ¿Entendes?

La miré y pregunté:

—¿Acaso alguien entiende?

—Nunca se trató de entender, sino de sentir.

Y se marchó dejando aquella historia que pasó inadvertida, así como su presencia.

Gabriela Motta
28/12/21
Bella Unión

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